viernes, 13 de marzo de 2015

Maria Camila Zapata Durango – 1037635713


Justicia Transicional: ¿Hacia la paz o la no conciliación con las FARC?

En Colombia se han presentado crímenes que violan los derechos humanos, tales como el genocidio, crímenes de lesa humanidad, torturas, crímenes de guerra y desapariciones forzadas; crímenes que se dan a manos de grupos armados como las FARC, y no menos importante pero si impunes a manos de personajes del estado como la Policía Nacional. Las víctimas de estos son el pueblo Colombiano y gran parte de los ataques se dirigen a personas inocentes del país, campesinos trabajadores y responsables de sus familias; en este punto surge entonces una “esperanza” para estas víctimas y es el derecho de ver a sus agresores castigados por la ley y de ser recompensados económicamente por los daños causados, además de recibir tratamientos psicológicos, elementos a los que se la han llamado reparación de víctimas y que hacen parte de un concepto importante y controversial, Justicia Transicional.

La justicia transicional es definida como un conjunto de procesos que buscan lograr una transformación radical del orden social y político de un país, sea para sustituir un estado de guerra civil por un orden social pacífico o bien para pasar de una dictadura a un orden político democrático, su objetivo es obtener la rendición de cuentas y la reparación de víctimas, proporcionándoles el reconocimiento de sus derechos. En este sentido en Colombia es usada con el fin de establecer un orden social pacífico, en el que los ciudadanos puedan “confiar” en su gobierno al ser el ente que vele por el cumplimiento de sus derechos y el bienestar de la población. Sin embargo, los crímenes no cesan por lo que la justicia transicional se convierte ante los ojos de algunos como un mecanismo más de consolación que de control y solución de los hechos violentos, un mecanismo para mantener en calma al pueblo y seguir con el circo de la política.

El proceso de paz en Colombia fue iniciado en agosto del año 2012 con el fin de dar por terminado el conflicto armado y alcanzar tal como su nombre lo indica la paz; este proceso que consta de unos diálogos con las FARC para llegar a un acuerdo de conciliación ya lleva más de dos años y lo más probable es que no termine para el año 2015 puesto que no es fácil poner en común acuerdo intereses tan opuestos. Por una parte están las FARC quienes piden que se les reintegre a la vida civil normalmente, se les proporcione trabajo y que además no sean castigados (no a la cárcel), sino mejor perdonados; por otra parte está el gobierno que quiere el cese del fuego, de los actos violentos y que tiene que velar por la protección de las víctimas, cuyos intereses no van muy de la mano con el grupo armado, pues si bien quieren la paz también quieren el castigo para sus victimarios exigiendo la reparación de víctimas, los procesos de justicia transicional. Ya bien lo decía Simón Bolivar “es difícil hacer justicia a quien nos ha ofendido” y es mucho más difícil aún tomar una posición objetiva y no cegarse por los sentimientos de rencor, irá y venganza.


Los colombianos se quejan de lo lento que es el proceso de paz, pero no se detienen a pensar que exigiendo justicia transicional se retardan más los acuerdos y se hace más difícil lograr la paz. Las FARC ya pusieron sus cartas sobre la mesa y es lógico que no quieran ir a la cárcel, pues no se van de cierta forma a “rendir” para terminar encerrados el resto de sus vidas. Ponerse a escarbar en el pasado para conseguir justicia, es un acto que quizá en vez de acercar a la paz y a la reconciliación, lleva al rencor, a la infelicidad y a más guerra.

Adicionalmente, es importante mencionar que hacer investigaciones con elementos de la justicia transicional como las comisiones de la verdad es un proceso que tarda años y que además es altamente costoso y sus resultados no garantizan la captura de todos los criminales implicados en los actos violentos. Si se piensa ahora en un grupo tan grande y estructurado como del que se ha hablado se concibe entonces un panorama mucho más dramático.

El perdón aunque es difícil es la solución más viable para la paz, hay que dejar a un lado el rencor y las ganas de venganza para construir un estado más tranquilo y seguro, en el que la guerra y la violencia ya no sea un concepto tan común para sus ciudadanos. Además, si se piensa un poco más se puede analizar que si es tan costoso estos procesos de justicia transicional porque no mejor invertir ese dinero en la educación del país, herramienta que si le proporcionaría un gran cambio tanto social como económico. Por otro lado, también se debe analizar que el país no cuenta con la infraestructura y el sistema judicial suficiente como para penalizar a un grupo que se compone de miles de personas, habría que construir muchos centros penitenciarios como para lograr tal fin, y en realidad ¿eso es lo que se quiere?, ¿más cárceles y residencias gratis para delincuentes, que universidades públicas para los jóvenes?. Ya bien decía Iván Márquez “mucho más importante que ir tras las rejas es lograr la paz para Colombia, eso tiene una fuerza de humanidad muy grande, determinante, que obliga y compromete para que busquemos la forma de evitar nuevas víctimas”.

Irse al pasado a reencontrarse con hechos lamentables y encontrar situaciones desconocidas, no lleva al perdón sino al rencor, a la desdicha, a la separación entre personas y al odio. Es en este punto donde sería prudente mencionar la serie Black Mirror la cual en su primera temporada en el capítulo 3 “Tu historia completa” muestra una sociedad en la que cada persona tiene un dispositivo en su cabeza llamado el grano, en el cual pueden almacenar todo lo que pasa en sus vidas, imágenes, conversaciones, momentos, cada detalle; por lo tanto se puede devolver al pasado y ver situaciones que se quieran recordar; en la serie se comienza a desarrollar una trama en la que el protagonista luego de llegar de un viaje nota algo diferente en la actitud de su esposa y además cierto coqueteo con otro hombre. De esta forma el protagonista en vez de hacer algo por recuperar su relación que no estaba nada bien, comienza a utilizar su grano para detectar pistas sobre una posible infidelidad, comienza a escarbar en el pasado hasta que encuentra la verdad que ya creía saber y que tanto dolor le causó, la infidelidad de su esposa con aquel hombre. Este personaje termina sólo en su casa pues el perdón no fue una opción. Se puede ver entonces como hay una relación directa con el tema que se trataba anteriormente y la serie, el pasado y el perdón.

Centro de Memoria Histórica
En una parte de la serie se dice la siguiente frase “la memoria es para vivir” pero ¿qué tan bueno es recordar aquello que hace mal y no deja avanzar porque provoca sentimientos depresivos? Consultando un poco más sobre la justicia transicional se encontró un mecanismo bastante interesante para recordar a las víctimas, se denomina la memorialización y consiste en crear museos, monumentos o el nombramiento de espacios públicos para mantener viva la memoria de las víctimas, y si bien es importante conocer el pasado de un país y ser consciente de su historia  es triste ver como se traen recuerdos poco agradables al presente, los cuales causan dolor especialmente a las familias de las víctimas.

Finalmente, se puede decir que irse al pasado para hurgar hechos y hacer justicia transicional no es el mejor método para lograr la paz, ésta viene de la mano del perdón y si bien puede hacerse una reparación de víctimas, en el sentido económico y sicológico no se hace viable, para lograr el objetivo, la penalización de los victimaros, pues los procesos necesarios para hacerlo crean más rencor en la sociedad, violencia y la no consecución de la reconciliación. Es importante aclarar que cuando se habla de victimarios se refiere a las FARC y no a los protagonistas de la delincuencia común.




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