miércoles, 18 de marzo de 2015

El porqué de la historia, la historia social y la contracultura.

Verónica Orrego Montoya. CC: 1214719404

Podemos definir la historia como la ciencia que tiene como objeto el estudio del pasado de la humanidad y como método el propio de las ciencias sociales. Historia, en el lenguaje usual, es la narración de cualquier suceso, incluso de sucesos imaginarios y de mentiras; sea su propósito el engaño, el placer estético o cualquier otro. Por medio de la historia y a través  de ésta podemos averiguar los hechos y procesos que ocurrieron y se desarrollaron en el pasado e interpretarlos, pero lo que los académicos y sobre todo los historiadores no tienen en cuenta al momento de desarrollar sus teorías es que la historia se construye día a día, es decir que no sólo se le debe dar relevancia a los hechos que transcurrieron antes de nuestro tiempo, sino que en este preciso momento se está construyendo historia.

El concepto de historia es universal y envuelve todas las ideologías y pensamientos que existen y que han ayudado a crear el mundo en el que vivimos, se hace preciso entonces entrar en el debate de si la historia en su esencia es social o simplemente el factor social hace parte de un campo específico que estudia la historia como tantos otros que existen. "No hay historia económica y social porque se acabó y se fue. Hay la historia sin más, en su unidad. La historia que es por definición absolutamente social". (Febvre).

Desde mi punto de vista tiene más validez la tesis que apoya la idea de que la historia en sí es social y que ésta sólo cambia según el punto de vista que cada persona le quiera dar y según el énfasis que el autor quiera plasmar en ella. Es decir, cada historia tiene un componente fundamental, ya sea político, social, cultural, filosófico, religioso, etc.; y esto ha sido desde el comienzo de la historia misma, cualquier historia, ya sea la historia que conocemos sobre la colonización de América, porque fue un hecho que marcó el devenir de la sociedad existente hoy en América Latina o la de un hombre llamado Mahatma Gandhi que hizo historia al liberar a la India de los ingleses sin utilizar ningún tipo de armas o violencia. Entonces una historia puede abarcar un continente entero o puede empezar desde una sola persona que se atrevió a pensar diferente y que tuvo la valentía de convencer a los demás de cambiar su propia historia.

Todos estos relatos construyen lo que es el mundo hoy en día y cómo ha evolucionado la humanidad. Es esto precisamente lo que la convierte en historia social sin importar el foco desde el cual se analice, el componente humano, que es finalmente el que la transforma en social, porque cada individuo hace parte fundamental de una sociedad y dependiendo de cómo se desenvuelva en ésta decide crear su historia, individual o colectivamente.

Por otro lado, cuando se habla de que la subjetividad es una parte muy importante de la historia, puede que esto no sea del todo cierto, puesto que la subjetividad puede nublar de cierto modo cómo un hecho ha ocurrido realmente, un claro ejemplo de esto, es que, la historia siempre es contada por el ganador, entrando el ego a jugar un papel importante allí, y si la historia la cuenta el ganador, esto quiere decir que existe otra historia. Así que es preciso conocer los diferentes lados de una misma historia, para conocer realmente que ocurrió y descubrir la verdad para que dicha historia tenga validez y pueda formar parte del devenir de una sociedad.

El siglo XX aunque en general se destacó por sus mejoras sociales y una mayor consideración con los pobres por parte de los gobiernos, ha estado dominado por las dos peores guerras que hayan existido, la ametralladora, el tanque, el bombardero B-52, la bomba nuclear y, por último, el misil. Se ha caracterizado por las guerras más sangrientas y destructivas de toda la historia. Es, por tanto, muy discutible calificarlo en realidad como un siglo donde se alcanzó uno de los mayores progreso en la historia de la humanidad.

A raíz de esto es que comenzaron a surgir estos movimientos de contracultura y underground como lo fue el movimiento hippie en los años 60 y el nacimiento del rock, que nacieron como una respuesta y una contestación a toda esta ola de violencia e injusticias que surgieron como consecuencias de todas estas guerras, que lo único que hacían era dejarle el poder a las élites del mundo, y empobrecer cada vez más a las sociedades menos favorecidas o menos desarrolladas, y por otro lado desprenderse de una sociedad sumergida en el consumismo, la producción y el trabajo que es el medio para poder realizar dicho consumo que de una u otra forma va a privar a las personas de su libertad.

Toda esta contracultura constituye una pragmática ética que se enfrenta a la modernidad y lo que pretende es derribar sus bases. Pero todos estos movimientos que se han creado no son de este siglo que apenas pasó, sino que vienen desde tiempos muy antiguos, como lo fue por ejemplo la revolución francesa en el siglo XVI que se dio a raíz de los problemas políticos que existían, se tumbó el feudalismo, Luis XVI fue asesinado, y la figura de rey ya no sería más la reinante, sino que la burguesía pasaría a formar parte muy importante en la gobernanza de Francia y otro países de Europa que se le sumaron.

También lo fue el Renacimiento, que dio comienzo a la edad moderna, se le quitó el poder a la iglesia de gobernar, y se salió del oscurantismo que pasaba la humanidad y que fue un retroceso por varios siglos, a través de esto, las artes y las ciencias resurgieron nuevamente.

Para finalizar, es necesario que nosotros los jóvenes tomemos conciencia de todos los hechos que pasan a nuestro alrededor, que en algunos años serán la historia que le vamos a contar a nuestras generaciones, que no se repita la historia, por el contrario tengamos los valores y la ética para contestar a las tragedias, guerras e injusticias que salen a diario en los diarios, en las noticias, y en la tv, tomar como ejemplo los movimientos de contracultura que más que un episodio histórico casi efímero, envuelve toda una visión del mundo que está ahí, y que siempre estará paralela a la historia y la cultura, solo tenemos que abrir los ojos y estar atentos si en verdad queremos lograr un cambio contundente en la historia.

"Pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irrevocable muerte. Puede producir brillantes individualidades aisladas, rasgos de pasión de ingenio y hasta de género, y serán como relámpagos que acrecentará más y más la lobreguez de la noche”.

Marcelino Menéndez Pelayo.

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