miércoles, 18 de marzo de 2015

"EL CIRCO" Fernando Botero

Evocar épocas pasadas en compañía de nuestros padres y abuelos nos lleva a tener un gran interés por los momentos vividos por ellos y que difícilmente vuelven a repetirse, máxime cuando nuestros recuerdos son volátiles y que ellos en sus narraciones nos invitan a soñar con esos momentos que por nuestra edad no recordamos con facilidad.

Haciendo referencia al circo como evento público de carácter popular que viene de muchos años atrás, con el objetivo de divertir a niños, niñas y adultos en los diferentes pueblos y ciudades de nuestro país y del mundo, nos encontramos con un arte cultural en el cual la fantasía y la exageración de los colores en su vestuario y parafernalia utilizada para divertir al público, son tan fascinantes y llamativos, que el solo hecho de pensar en asistir a un acto circense era una gran ilusión; ilusión de la niñez por conocer lo que hay escondido dentro  de esa inmensa carpa y al miso tiempo sentir miedo por algunos personajes como los payasos y asombro de ver animales salvajes dominados por el hombre para dar un espectáculo que asombra por su majestuosidad y gran dominio de las fieras.
La acrobacia, el contorsionismo, el malabarismo y otras prácticas corporales son expresiones propias de los espectáculos circenses y  que hoy en día poseen más técnica y destreza para impactar al público asistente.

La época Romana fue una de las más activas con respecto a los espectáculos dados en la arena o circo romano. En él, se debatían a muerte los gladiadores y las fieras, dando así un espectáculo que para nuestra época sería repugnante y grotesco por lo atroz del evento.
Hoy en día unas propuestas artísticas provenientes del teatro, la danza, la música; lo que conlleva a mostrar un espectáculo que crece en calidad, público y en cifras bastante jugosas para lo que era el antiguo circo pueblerino.

Cabe anotar que el circo contemporáneo, como lo es Le Cirque du soleil, una compañía canadiense, y que hoy recorre el mundo con sus siete elencos introduciendo en él una nueva era cultural en el que la técnica está al servicio del arte y la expresión.

Cuando inicie el recorrido por el Museo de Antioquia, encuentro las diferentes expresiones artísticas del Maestro Fernando Botero plasmadas en sus pinturas; me pregunte que mira un crítico en una pintura, como entender lo que se expresa en ella su autor y que pretende mostrar a un público que cuyo interés no es el criticar sus obras sino el observar lo majestuoso de una obra de quien nos ha representado ante el mundo como el gran pintor Colombiano.


Al acercarme a la obra "El Circo"  se puede ver  no es primordial entender las pinturas, sino que en ellas hay algo que te llama la atención y te impacta; si analizas un poco encuentras detalles que realzan las figuras y que te mueves alrededor de ella y estas cambian. 



Son muchos sus colores y sus figuras llenas de volumen que hacen que te guste la obra; algo importante que pude sentir es la manera como el Maestro Botero evoca una cultura que había desaparecido y a la cual no se le daba importancia debido a lo repetitivo de los eventos presentados por los diferentes circos que visitan nuestros pueblos y ciudades, pero, al ver sus pinturas nos vemos en la obligación de recordar aquellos momentos en que de niños disfrutamos de los circos y de sus actuaciones que de una u otra manera nos hacían reír y pasar un momento agradable en compañía de nuestros padres y abuelos.
La obra "El Circo" crea una sensibilidad que te permite apreciarla y disfrutarla de una manera diferente, si esta te impacta de verdad. Pienso que lo mas importante es valorar la creatividad del artista, las formas que este le da a su obra, los colores y las sombras que le dan profundidad, resaltándola, llamándome mucho la atención.

A pesar de que no soy crítica de arte creo que puedo dar una opinión respecto a una obra que puede ser para unos muy ridícula o muy acertada a la realidad. Una obra debe impactar, conmoverte y hacerte sentir alegría o una posible depresión.

"Quien mira, escucha y siente con atención está obligado a negarse a si mismo para poder acceder al otro. Una obra de arte exige zambullirse en su espacio. Y si no aceptamos esta revelación, y no renunciamos a tomar distancias, quien mira la obra de arte está condenado a no ver nada"  
                                                                                                        Victor Mendoza

   Realizado por 
Laura Cardona Restrepo 
Cc. 1017220920 



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