miércoles, 18 de marzo de 2015

EL CIRCO
María Alejandra Bedoya Henao                                                        T.I: 97081003878

"Pista del circo, ombligo del universo la vida nos fracasó en payasos serios y la flor que ha sido no volverá nunca. Padre Eterno, clown maravilloso el hiperbólico universo es un circo muy pobre de payasos."
                                                                     Luis Cardoza y Aragón

El Circo, obra de Fernando Botero es el resultado de la búsqueda de una temática que permitiera retomar, por medio del color, formas y expresiones, la alegría y el optimismo. Dice Botero, que más allá del colorido, le interesó el movimiento y la filosofía de los cirqueros. 

El Circo podría ser una representación metafórica de la vida real, de lo que se vive a diario, basta con hacer algunas observaciones y comparaciones para darse cuenta de ello. Estar en la cuerda floja, estar de trapecio en trapecio ¿no es esto a lo que estamos sometidas las personas a lo largo de la vida? Qué decir del entrenador de leones que, aunque se revelan terminan haciendo las figuras y piruetas que él ha planeado. Ello, bien podría ser la forma de autoridad y conducta que rige y compone la sociedad y nuestro papel en ella. El payaso blanco con su violín, con la mirada perdida y expresión melancólica, recuerda que todo no es alegría y belleza sino que también se experimentan momentos trágicos y de tristeza. 


El objetivo mismo de la obra es representar la vida hogareña... "la cultura popular de los pueblos y gentes, que con su aislamiento entre omnipresentes montañas, va a la iglesia, toma trago y baila en la casetas, para celebrar los momentos de gozo colectivo y exultación compartida, como sucede en este rito del circo, tan conocido como renovado cada nueva vez. Un arte familiar, por así decirlo, al restaurar la tradición de la pintura clásica con motivos emanados de ese sustrato ancestral de celebración y carnavalización de la vida. De simple derroche y dominación de la naturaleza."


El circo, es un espacio de la diversidad en donde hay cabida para todos, en cierta medida y a pesar de las situaciones de conflicto, la sociedad es  exactamente lo mismo y aunque suene cruel hasta los habitantes  de la calle tienen un papel y una función en la complejidad de la realidad consumista que hoy nos domina, cada persona, situación, herramienta que se tiene o no es la prueba viva de las consecuencias de la historia, de la vida, de los actos.
La idea de circo permite ese contraste entre lo real y lo teatral, entre las máscaras visibles de un artista y las invisibles de un hombre. Esta obra muestra la madurez de un pintor que en su madurez no ha perdido su infancia. ¿Será esta la identidad del "Boterismo"?





Y para finalizar:

LA TRAPECISTA  

La trapecista encarna el drama del amor y está siempre en manos del aire.                             
 La trapecista no comparte el estigma: ser de tierra y regresar a la tierra; vivir atado al polvo por la ley de la gravedad y por la pesadumbre del cuerpo. 
La trapecista actúa siempre con dos pero nunca se queda con ninguno.                
Se hunde y vuela en la noche en donde no hay red.
Su cuerpo se hace vida ante la muerte.
La trapecista es el deseo que se va. Se halla al alcance de la mano y escapa.     Alta como una estrella en su desnudez, su arte de estar presente se llama ausencia.
                                                               José Emilio Pacheco

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